Esto de la poesía anónima en Cuba Inglesa no deja de resultar un arma eficaz contra la crítica polarizada. ¿Por qué? Pues porque ante un poema de autor anónimo, el crítico polarizado –ese que tanto abunda en el ámbito cubano—se revela incapaz de cargar las tintas en contra o a favor del autor en sí. Dado que –elementalmente-- no lo conoce.
Por crítico polarizado entiendo a quien no atiende a lo que pudieran considerarse virtudes o defectos de la obra en sí misma --el poema, el cuento, el artículo--, sino al autor de ella. Si se considera “enemigo” de dicho autor, el crítico polarizado considerará un bodrio cualquier cosa que aquél escriba, independientemente de su calidad intrínseca. Y viceversa.
Evidentemente, la crítica al poema que inspira esta nota, Sobre los círculos estériles, ha sido más positiva que lo habitual. ¿Por qué? ¡Pues porque no se sabe quién lo escribió! Por una vez, los críticos polarizados, que no son pocos, se han centrado en las virtudes y defectos que pudieran adornar al poema más que en el autor del mismo. Y uno se pregunta: ¿Habrá que meterse a anónimo para gozar de una crítica medianamente objetiva?
Cualquiera sabe.
Por crítico polarizado entiendo a quien no atiende a lo que pudieran considerarse virtudes o defectos de la obra en sí misma --el poema, el cuento, el artículo--, sino al autor de ella. Si se considera “enemigo” de dicho autor, el crítico polarizado considerará un bodrio cualquier cosa que aquél escriba, independientemente de su calidad intrínseca. Y viceversa.
Evidentemente, la crítica al poema que inspira esta nota, Sobre los círculos estériles, ha sido más positiva que lo habitual. ¿Por qué? ¡Pues porque no se sabe quién lo escribió! Por una vez, los críticos polarizados, que no son pocos, se han centrado en las virtudes y defectos que pudieran adornar al poema más que en el autor del mismo. Y uno se pregunta: ¿Habrá que meterse a anónimo para gozar de una crítica medianamente objetiva?
Cualquiera sabe.