Confieso que alguna que otra vez me da no sé qué que piensen en otras personas cuando me contestan, pero reconozco que eso es parte de ser anónimo: no solo no eres, eres mucha gente: cuando la gente me mira aquí, ve a sus enemigos reales o imaginarios, sus miedos reales o imaginarios o, incluso, sus aliados y confidentes reales o imaginarios.
Pensándolo bien, yo soy el imaginario colectivo de Cuba Inglesa.
Pensándolo bien, yo soy el imaginario colectivo de Cuba Inglesa.
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