Al contrario de sus padres, Ignacio T. (Granados) ha salido ensayista, crítico y especialmente dotado para la filosofía. ITGH, como gusta llamarse, remedando de algún modo a su madre, nos da claves para entender el no siempre entendible mundo y la sensibilidad de Lezama: “La acusación más típica al autor --dice-- es de culterano, arrogante, hermético, egocéntrico, y autocomplaciente, pero de todos esos adjetivos, el único que tiene calidad estética es el de culterano, y los otros se reducirían al rosario de improperios que desata cualquier transgresor de pacotilla”.
La defensa de ITGH a Lezama Lima es el punto de referencia de este libro, Diván de Lezama Lima, con todas las implicaciones que significaría defender un mito cuya obra es venerada por extraño sortilegio, pues su hermetismo lo apartaría de la lectura de masas.
Pero el libro no es sólo una defensa de la poesía lezamiana, convertida en lenguaje personal, presente en toda su obra, sino un tratado de ideas sobre varias disciplinas que ITGH parece dominar, dándole vida a un diván personal donde fluyen y confluyen todas las ideas estéticas y filosóficas de este joven ensayista.
Diván de Lezama Lima se inscribe ya, por derecho propio, en la extensa e importante bibliografía del poeta de la calle Trocadero.
Belkis Cuza Malé sobre Diván de Lezama Lima. Clic aquí para leer la reseña completa