google.com, pub-9878019692505154, DIRECT, f08c47fec0942fa0 Cuba Inglesa: Desapasionar la cuestión cubana

sábado, 26 de diciembre de 2009

Desapasionar la cuestión cubana

por José Luis Sito

Es prioritario politizar la cuestión cubana. Claro que hago una diferencia entre la política y lo político.

Quiero decir, por ejemplo, que la cuestión económica es una cuestión política. Es precisamente lo que hace El Analista en Comentario del Día, ya que da a entender que hasta que el pueblo cubano no obtenga los medios económicos, las capacidades materiales, para manifestarse como sociedad civil organizada, no habrá posibilidad de cambiar de régimen político, o será muy complicado. Por eso es curioso que hable de despolitizar, cuando hubiera, al contrario, que politizar la cuestión.

En realidad El Analista nos da una respuesta a lo que parece una contradicción cuando dice: “Yo soy de los que creo que a veces la pasión en política no conduce a ningún lado”. Me parece que cuando El Analista habla de “despolitizar”, de hecho está hablando de desapasionar. Y es cierto que se necesita desapasionar urgentemente el debate, desapasionar la cuestión cubana, desapasionar los modos de convivencia entre cubanos, dentro y fuera de Cuba. Desapasionar entre los anticastristas y también entre los castristas y anticastristas. O sea, comprender de una vez por todas que la pasión y la exacerbación de los sentimientos no son razón. Se necesita urgentemente razonar y racionalizar la cuestión cubana, y politizarla.

Y como bien dice Ernesto Menéndez-Conde, “la despolitización es otra manera de hacer política”. Dicho de otra forma: desapasionar es otra forma de hacer política. Por eso considero terriblemente nefastas a las personas que sólo piensan en términos de enfrentamientos y de colisiones. El diálogo, la reconciliación o la discusión son necesarios, vitales. Aunque hay que resistir, emplear los medios de resistencia posibles y necesarios para obtener la libertad. Pero manteniendo esa apertura, esa capacidad de lo abierto.

Hay que volver a lo político, es decir, como sujetos capaces de discutir sobre lo justo y lo injusto. Y esto no tiene nada que ver, en la situación actual, con si soy de derechas o de izquierdas, liberal, democristiano o comunista. Estas cuestiones de la política por el momento son completamente ridículas.

Existe una meta, la libertad de Cuba, y diferentes métodos de lucha, como diferentes actores. Pero lo importante es distinguir entre lo que une o separa, lo que es válido o nefasto, lo que es una forma de resistencia o una locura. Y apartarse de ello, que es contraproducente.

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