“En ese juego Uruguay vs Ghana se le robó una victoria a un país que la merecía no porque jugó mejor o por razones históricas con las que podamos simpatizar, sino porque ese gol que tapó la mano de Luís Suárez había entrado y era el gol decisivo del partido. Pero esa mano – que no tiene nada de Dios porque no está orientada al bien y es tramposa—, esa mano que es una mano peluda latinoamericana, se volvió a asomar y se interpuso para volver a hacernos creer que así se hacen las cosas, que ganamos el juego y que es válido hacer lo que sea por ganar, hasta trampa. Que las reglas se pueden doblar y a veces, si corremos con suerte, como cuando Gyan falló el penalti, pues nos podemos salir con la nuestra. Y ese es el tremendo ejemplo que nos dio Suárez con su mano peluda. Qué gran mentira volvemos a vivir los latinos pensando que ganamos… ¡Nos ganaron a nosotros todos los vicios que nos tienen sometidos desde siglos y nos hacen vivir en el atraso!”.
Manuel Pífano