
Ha habido factores coincidentes, por supuesto. Uno de ellos, la profunda crisis económica que atenaza la Isla, agravada por la constatación de que la ubre chavista ya no está en condiciones de dar leche. O por lo menos no en las cantidades necesarias. Otro, la revolución tecnológica que desde hace tiempo tiene entre la espada y la pared al imaginario castrista. Una campaña como la de #OZT, por ejemplo, impensable apenas unos años atrás, ha contribuido considerablemente. O páginas web como la del Movimiento Mundial Solidaridad con Cuba, en permanente estado de denuncia y agitación. O la iniciativa de un importante grupo de artistas e intelectuales en Europa, la Plataforma de Españoles por la Democratización de Cuba. La lista de contribuyentes es larga. Pero indudablemente han sido la muerte en huelga de hambre de Orlando Zapata Tamayo, la valiente postura de su madre, el esfuerzo de las Damas de Blanco y el prolongado vía crucis de Guillermo Fariñas los que han forzado las excarcelaciones. Moratinos, como Chávez, debería callarse. Aunque no sea a instancias del Rey.